La tesis básica freudiana señala que nuestras motivaciones permanecen en nuestro inconsciente, ocultas, debido a una fuerza represiva que las aparta de la conciencia.
Tal represión es necesaria en tanto los impulsos instintivos se expresan bajo forma de fantasías infantiles, pasiones incontroladas, deseo sexual y agresividad.
Freud explicó que los trastornos mentales se producían cuando fallaba ”el sistema represivo”, dando así lugar a la expresión de ataques de pánico, obsesiones y fobias.
El método que creó, el psicoanálisis, pretendía rastrear los síntomas hasta dar con la raíz inconsciente y exponerlos a un juicio racional con el fin de disminuir su fuerza compulsiva.
Tesis que fue muy cuestionada por la biología que intentó dar explicación a los trastornos mentales. (años ’50 del siglo XX) a través de desajustes de los componentes químicos.
Posteriormente las investigaciones se orientaron hacia la búsqueda de estos componentes, dando explicación de cuadros psicopatológicos. Por ejemplo la depresión se atribuyó a desarreglos químicos y se dejó de contemplar que se trataba de un debilitamiento de los afectos infantiles que residen en el psiquismo.
Hoy en día, afortunadamente, se intenta integrar ambos enfoques, no se descarta el desajuste químico ni la influencia de la historia personal sobre las manifestaciones psicológicas del estado de ánimo.
De modo que la teoría de la represión, el modelo estructural de la mente diseñado por Sigmund Freud, Ello, Yo y Superyo, además de la teoría de los procesos mentales conscientes e inconscientes, tienen amplia vigencia para el diagnóstico, tratamiento e investigación de los padecimientos psíquicos.